Podríamos decir que el mundo está en guerra, los conflictos se han generalizado, algunos son álgidos, otros de baja intensidad. Hay muy pocos lugares en el mundo donde no haya terrorismo, mafia, brutalidad en las calles o violencia en las casas. El caos y la corrupción, sutil o manifiesta, imperan por doquier. Creo que no exagero, bastaría con aportar algunos datos sobre la situación mundial. Lo que pasa es que en nuestro mundo, en la burbuja creada por el primer mundo, la guerra se ha desplazado fuera, en la periferia del sistema, en la fractura entre los mundos y las civilizaciones.
En 1947, tras la aprobacón de la Resolución 181 del Consejo de Seguridad de la ONU, Tras 35 años de ocupación ilegal del territorio de Palestina, Israel lleva a cabo, con el pretexto de la lucha contra el terrorismo, una de las ofensivas militares más sangrientas de los últimos años. ¿Dónde están los «defensores» de los Derechos Humanos que habitan en Washington y Londres? ¿Bombas para Irak, Serbia y Afganistán y armas para Israel? ¡Viva la doble moral!
Las guerras internas ó civiles tambien son causantes de miles de muertes en el mundo, este es el caso de la Favela de Rebú, a las 9.30am. Las aspas del helicóptero de la Coordinadora de Recursos Especiales (CORE), el eufemismo con que se denomina a la tropa de élite de la Policía Civil de Río de Janeiro, quiebran con su estruendo el silencio del amanecer en la periferia oeste de la ciudad. Por tierra, un convoy de 30 todoterrenos encabezados por un carro blindado (el temido caveirão en la jerga carioca) ocupa y cierra el principal acceso al suburbio. Ciento veinte hombres uniformados de negro y pertrechados con armamento de guerra (fusiles de asalto M-16 y FAL-762, ametralladoras M-60 y chalecos antibala) forman dos columnas que rápidamente se dispersan por ambos flancos de la arteria principal de la favela. Las callejuelas están desiertas: alguien ha dado la voz de alerta minutos antes del desembarco de la policía. Comienza una operación más de la CORE, uno de los dos cuerpos de élite de Río, polémico por la brutalidad con la que actúa allí donde la policía convencional no se atreve a pisar.
En otras épocas, las principales víctimas de la guerra eran los soldados. Sin embargo,en la última década, se estima en 1’5 millones el número de niños y niñas muertos en conflictos armados. Otros 4 millones han quedado discapacitados, tullidos, ciegos o han sufrido lesiones cerebrales. Al menos 5 millones se han convertido en refugiados y 12 millones más se han visto desarraigados de sus comunidades. Un número mucho más grande ha sufrido un deterioro de su salud, nutrición y educación como resultado de la destrucción de las cosechas, infraestructuras, centros de salud y escuelas a causa de los conflictos.
La guerra solo trae hambre y destrucción a las comunidades humanas, nos hace ver como si fueramos peor que los animales, pues matamos seres vivos que son iguales a nosotros; y que el unico error que cometieron fue el haber nacido en este mundo defectuoso.
NO A LA GUERRA, NO AL GENOCIDIO!
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